xoves, 4 de xuño de 2015

Aquellas maravillosas clases

Hola, esta semana voy a publicar una anécdota de cuando era pequeña.

 Estaba en clase de patinaje. Yo tenía 11 años. Era mi primera lección de patinaje y no había patinado nunca. Al patinar no tuve problema puesto que enseguida le cogí el tranquillo pero el problema llegó cuando empezamos a hacer acrobacias: me caí tantas veces que no las pude ni contar. Al salir me dolía tanto el trasero que no podía ni sentarme en el asiento del coche. Al día siguiente, cuando llegué a clase y me senté en mi respictiva silla me di cuenta de que el trasero me dolía mucho más. Se lo comenté tímidamente a la profesora. Por suerte en la clase teníamos varios cojines y me pude sentar en mi asiento cómodamente gracias a ellos. Pero pasé mucha vergüenza.
 

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